viernes, 30 de septiembre de 2016

UNA CANCIÓN, ESA CANCIÓN

Siempre hay una canción que, por mucho que nos cueste elegir entre tantas, nos sigue pareciendo una de las más bellas; nos eriza la piel por mucho tiempo que pase y nos acompaña siempre en momentos de nostalgia y añoranza.

Nunca falta una canción que nos viene a la cabeza sin saber por qué y desencadena una cascada de recuerdos y sensaciones, nos trae a la mente el sabor de aquel café y el aroma de ese abrazo que a veces extrañamos. 

Siempre nos queda una canción cuando ha desaparecido todo lo que teníamos aquel día que la escuchamos por primera vez.

martes, 27 de septiembre de 2016

ENTRE EL CIELO Y EL SUELO



"Entre el cielo y el suelo hay algo
 con tendencia a quedarse calvo
 de tanto recordar."

 (José María Cano)



Entre el cielo y el suelo quedan cada vez menos árboles que den sombra, menos troncos centenarios a los que abrazarse, menos ecosistemas que den de comer a las aves. Cada vez se vuelve todo más gris e incómodo, hay más terrazas invadiendo espacios públicos y menos criaturas jugando en las plazas. 


Todo se llena de asfalto y granito mientras se vacía de vida,  las ciudades ya no están hechas para los seres vivos sino para las máquinas, pero yo, mientras tanto, sigo buscando en cada rincón una mínima señal de que al menos queda algo que aún late.


lunes, 26 de septiembre de 2016

UNA INVITACIÓN INDECLINABLE


"Son ciertos los días
 que amanecen radiantes
 de nubes mensajeras que te invitan a viajar,
 te invitan a soñar.

 A veces los días te invitan a viajar,
 guiado por la luz de la mañana."

 (Manolo García)



Hubo un tiempo que viví  y del que no ha quedado mayor certeza que aquellos viajes que intentaban en vano doblar el mapa y acortar una distancia física que, al final de todo, resultó ser más breve que la distancia emocional. El ritual de comprar los billetes tras haber buscado la mejor oferta, preparar la maleta la noche antes y llegar a la estación lo suficientemente temprano como para asegurarme de que nada me haría perder ese tren, es el único recuerdo que recreo cada vez que decido escaparme del ruido. Todo lo demás es único e irrepetible en cada viaje: cambia la luz de las ciudades aunque, a veces, repita destino; cambian las expectativas y, sobre todo, cambia la mirada con la que atrapo al vuelo cada instante precioso y, por eso, cada invitación a viajar sigue siendo indeclinable.

sábado, 17 de septiembre de 2016

SABORES DE DOMINGO


Hoy, que había oferta en el súper de este tipo de bollos, mi memoria de niña se ha ido hasta aquellos domingos en Fuenlabrada, cuando  mi padre me daba dinero y me mandaba a aquella pastelería, de camino a la plaza de España, a comprar bucaneros, tigretones y panterasrosas para que merendáramos en casa. Entonces era toda una fiesta porque esos días eran los únicos en que nos podíamos permitir ese capricho.

Ahora podría comerlos siempre que quisiera pero no sé si es porque ya no me resultan tan especiales por eso, porque quizás ahora tengan más guarrerías de las que llevaban entonces o, simplemente, porque la percepción gustativa cambia con los años, ya no me saben igual que entonces pero el recuerdo de aquellas tardes sigue igual de nutritivo para mi espíritu.