martes, 6 de marzo de 2012

CELEBRACIÓN DE INDEPENDENCIA

Hoy hace veinticinco años que me independicé. Tenía entonces veintidós años, llevaba un mes trabajando en Correos con un contrato temporal que me iban a renovar mes a mes y no sabía si iba a llegar siquiera a los seis meses de rigor de entonces para poder cobrar el paro.

Aún recuerdo la emoción de poder tener mi propio espacio, comer lo que me apeteciese, tener la música puesta todo el día al volumen que me diese la gana y mi casa abierta para todo el mundo. Reviví la misma experiencia cuando me divorcié, hace once años, y volví a encontrarme en una casa sin apenas muebles, sin un duro pero con todo el espacio y el tiempo para mí.

Ahora mi situación laboral y económica son mejores que las de hace veinticinco años, mi tiempo y espacio siguen perteneciéndome por completo pero, a veces, extraño esos días en aquel cuchitril de Santa Bárbara y aquellas veladas entre amigos, y siento que una parte de mí se quedó allí para siempre.

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