lunes, 18 de octubre de 2010

¿QUIÉN DIJO ABURRIMIENTO?

Fotógrafa: Frantic (Zaragoza, octubre 2010)


Si hay algo de lo que mi madre se ha sentido siempre orgullosa es de la afición a la lectura que compartimos toda la familia. De hecho, disfrutaba mucho las tardes en las que todos los hermanos y hermanas nos sentábamos con nuestros respectivos libros o tebeos y le dejábamos un rato de respiro.

Ahora, a mis cuarenta y cinco años y pese a mi presbicia y la menor cantidad de tiempo disponible, sigo conservando esa pasión por la lectura. Siempre tengo un libro en la mochila y en el tercer cajón de la mesa de mi despacho. Soy la chica que en los autobuses abarrotados va haciendo equilibrios para sujetarse a la barra mientras va leyendo, la que nunca se altera cuando la fila no avanza o el médico se retrasa, la que en el tren da las buenas tardes al llegar a su asiento antes de desaparecer entre unas páginas escritas, la que vuelve de los encuentros nacionales de Bookcrossing más cargada de lo que se ha ido, la que nunca ve menguar su pila de libros pendientes de leer y la que pone la misma cara de extrañeza cuando le nombran a una tal Carmen Lomana que la que le ponen a ella cuando cita a Cornelius Castoriadis, a Haruki Murakami o a Susana Guzner.

Gracias a la lectura, he acortado muchos viajes y noches de insomnio, he visitado lugares maravillosos sin moverme del sofá, he aprendido cosas que me han recordado que nunca se llega a saber todo y, sobre todo, he compartido veladas y tertulias fantásticas con personas estupendas.

Ahora que mis vacaciones se van terminando, el mejor consuelo que me queda es que cuando vuelva del trabajo, encontraré todos esos libros esperando con ilusión ser leídos en cuanto encuentre un mínimo hueco entre mis obligaciones cotidianas.

Permitidme que os cuente un secreto para acabar: hace más de un año, decidí tirar el televisor y aún hay quien me mira raro porque piensa que debo aburrirme un montón y que estoy desconectada del mundo. Después de ver la foto de arriba y de todo lo que os he contado, ¿lo créeis también vosotr@s?

2 comentarios:

chiado dijo...

Pues no, para nada. Es más creo que se aburre el que quiere porque opciones hay a patadas :)

lapizero dijo...

Hola frantic, parece que hallas escrito mi propia experiencia con la lectura, supongo que la de cualquier amante de los libros.
Las chicas que vistes en el ikea eramos nosotras,no te vi, me encantaria saludarte alguna vez, saludos.