lunes, 6 de abril de 2009

EL PECADO DE SER INMIGRANTE EN ITALIA

Foggia contará con una línea separada para extranjeros
Italia estrena (o retoma) los autobuses sólo para inmigrantes
MARCOS PARADINAS
Un autobús para blancos y otro para negros. ¿Alabama, años 50? ¿La épica historia de Rosa Parks? Nada más lejos de la realidad. Hablamos de Italia y estamos en el siglo XXI. La ciudad de Foggia estrenará este lunes una nueva línea 24, que no será sino una separación de la antigua y sólo para los inmigrantes de la ciudad. Este nuevo servicio transportará a los extranjeros hasta el centro de acogida de solicitantes de asilo de la ciudad. Según el diario La Repubblica, “se han dado casos de intolerancia por parte de los habitantes de la ciudad, cansados de robos y molestias de los inmigrantes”.
El alcalde de la ciudad, Orazio Ciliberti, de centro izquierda, ha aprobado, y hasta aplaudido, la idea, aludiendo a una mejora del servicio y a las broncas entre nacionales y extranjeros, que se acusaban mutuamente de no pagar el billete. Muy diferente es la versión del gobernador de la región como “un apartheid intolerable”.

Un autobús para inmigrantes
Foggia contará, desde este lunes, con dos líneas 24. Una para los inmigrantes y otro para los italianos. La medida busca su excusa en el centro de acogida de solicitantes de asilo, hasta donde llegará el servicio segregado. La línea antigua terminaba el recorrido a dos kilómetros del centro, que acoge a 800 inmigrantes, cuando sólo tiene capacidad para 500. La medida la ha tomado el jefe de policía local, que depende del ministro del Interior, Roberto Maroni, número dos de la xenófoba Liga Norte.

Broncas frecuentes
Según explica en El País el alcalde de la ciudad, Orazio Ciliberti: "Los pasajeros iban hacinados, y algunas veces los nacionales acusaban a los extranjeros de no pagar el billete, y los extranjeros acusaban a los nacionales de lo mismo, y había broncas frecuentes. Así mejoramos el servicio y evitamos las peleas".

Robos y molestias
En el diario La Repubblica se alega que “se han dado casos de intolerancia por parte de los habitantes de la ciudad, cansados de robos y molestias de los inmigrantes” y se añade que algunos conductores han necesitado de escolta policial por los altercados que se formaban dentro del autobús.

“Apartheid intolerable”
Pero estas excusas han sido refutadas por el gobernador de la región, Nichi Vendola, que ha tachado la medida de “apartheid intolerable” y ha exigido al alcalde que, en caso de que los servicios sean insuficientes, los refuerce, “pero para todos”. "La línea para extracomunitarios tiene todo el sabor de la separación, debe abolirse lo antes posible", ha denunciado.

Caminar dos kilómetros
El alcalde responde que "no se trata de una cuestión de racismo, sino de crear un servicio mejor. Nadie impide a los inmigrantes del centro de acogida que caminen dos kilómetros para poder coger el autobús que parte del centro de Mezzanone (el barrio implicado)".

¿Elecciones?
Tampoco parece estar satisfecho el presidente regional de ACSI, la Asociación de comunidades de extranjero en Italia, el tunecino Habib Ben Sghaier, que incluso parece haber encontrado la razón: “La integración no se hace así. No me puedo creer que el ayuntamiento haya avalado semejante decisión. Esto es racismo. A lo mejor, la creación de la nueva línea llega porque los habitantes de Mezzanone son electores y en junio serán las (elecciones) administrativas”.

Fuente: El Plural.

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¿Qué se puede contestar a esto? Por si no había suficiente con la creación de "patrullas ciudadanas" y con las políticas contra los ciudadanos rumanos y otros, ahora nos encontramos una vuelta al apartheid. ¿Tendremos que esperar que una nueva Rosa Parks se niegue a cederle el asiento a un ciudadano italiano?

Esta es una de las muchas cosas que, a veces, me hacen renegar de mi condición humana.

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